Tren y agua

Se nos ha olvidado comentar al personal que aqui no hay acentos ni enye. Sentimos las faltas ortograficas y demas.

El dia de ayer comienza con un potente desayuno de huevos fritos con mermelada, patatas... Tras reponer fuerzas nos dirigimos  nuevamewnte a la estacion de tren a comprar los billetes. Ya tenemos todos hasta Bikaner.Se nos ha olvidado comentar al personal que aqui no hay acentos ni enye. Sentimos las faltas ortograficas y demas. El dia de ayer comienza con un potente desayuno de huevos fritos con mermelada, patatas... Tras reponer fuerzas nos dirigimos nuevamewnte a la estacion de tren a comprar los billetes. Ya tenemos todos hasta Bikaner.Tras ello, Elisa realiza su primera toma de contacto con el regateo en un bazar. El resultado es unas buenas risas y una rinyonera, el vendedor podra ahora pagarle la carrera a sus hijos y retirarse de por vida. Tras ello, tomamos el metro para ir hacia la parte nueva de la ciudad. Es increible el cambio, pasamos de calles sucias y ajetreadas a una infraestructura digna de cualquier ciudad europea. Nos sorprenden los vagones exclusivamente para mujeres y la cantidad de personal de seguridad que hay con armas antediluvianas. La parte nueva de la ciudad es totalmente diferente, avenidas anchas y luminosas que culminan en grandes edificios. Visitamos la puerta de la India, el parlamento, la casa del presidente y demas edificios gubernamentales. El calor es insoportable, 41 grados y una humedad altisima pero no decae nuestro animo. Por el camino tomamos un rickshaw (una especie de taxi de tres ruedas parecido a una moto) y el amable conductor nos explica sus batallas. Victor se compra una khurta, una camisa tipica de alli que le dara mucho menos calor que la ropa que carga en su mochila. Tras comer en un muy buen lugar por 2 euros paseamos por los callejones mas estrechos que encontramos separandonos del turistan. En ese trajin nos encontramos a unas ninyas jugando a la charranca con las que Eli no puede resisitir jugar. Ademas, entablamos conversacion con dos personas que nos animan a estudiar. Recogemos nuestras pertenencias del hotel y pagamos la asombrosa cantidad de 11 euros (entre los dos) por dos noches con internet, agua, cocacola... dirigiendonos a la estacion notamos que el ambiente se enrarece, comienza a soplar un viento inexistente antes y la gente camina mas rapido que antes, cae una gota, otra, y 10 minutos mas tarde esta lloviendo como jamas hemos visto. Nos ha llegado el monzon. Es una lluvia desconocida para nosotros, no somos capaces de calcular cuantos mm/h estan cayendo pero es ensordecedor el ruido del agua cayendo. No hay palabras para describirlo, hay que vivirlo. Empapados nos subimos al tren donde nos hacemos amigos de un argelino y tres francesas. El tren es genial, no destaca por su limpieza ni por su amplitud, tampoco por su increible velocidad media de 53 km/h que alcanza pero nos lo pasamos muy bien y dormimos muy a gusto. Entablamos conversacion con unos autoctonos muy amables que se interesan por nuestras vidas en Espanya. Lo que mas les interesa saber es como es la fiesta de la tomatina, cosa que nos sorprende muchisimo y se llevan una gran decepcion cuando les decimos que no hemos estado. Por lo visto hay una pelicula de Bollywood en la que sale la tomatina y se creen que en toda Espanya y cada semana nos dedicamos a tirarnos tomates maduros. Ademas de por eso solo nos conocen por el futbol. Voy a comenzar a decir que si que juego a futbol porque con ello me ganare el interes de la gente. Y asi tras 14 horas de tren llegamos a la ciudad santa de Varanasi, aquella en la que se incinera a los muertos y se echan al Ganges. Tan solo llevamos una manyana pero se ve mucho mas tranquila que Delhi y hace mucho menos calor. Nos alojamos en una 'guesthouse' preciosa con vistas al Ganges y muy acogedora. Paseando por el casco antiguo nos damos cuenta de que hay muchisimas mas vacas que en Delhi. Nos damos un buen susto cuando, por alguna razon totalmente desconocida, tres vacas deciden honrar por todo lo alto a San Fermin comenzando a correr por un callejon donde si abro los brazos toco a ambos lados. Todo se queda en un simple susto. Y ahora estamos en la recepcion viendo como diluvia, el monzon es asi.Tras ello, Elisa realiza su primera toma de contacto con el regateo en un bazar. El resultado es unas buenas risas y una rinyonera, el vendedor podra ahora pagarle la carrera a sus hijos y retirarse de por vida. Tras ello, tomamos el metro para ir hacia la parte nueva de la ciudad. Es increible el cambio, pasamos de calles sucias y ajetreadas a una infraestructura digna de cualquier ciudad europea. Nos sorprenden los vagones exclusivamente para mujeres y la cantidad de personal de seguridad que hay con armas antediluvianas. La parte nueva de la ciudad es totalmente diferente, avenidas anchas y luminosas que culminan en grandes edificios. Visitamos la puerta de la India, el parlamento, la casa del presidente y demas edificios gubernamentales. El calor es insoportable, 41 grados y una humedad altisima pero no decae nuestro animo. Por el camino tomamos un rickshaw (una especie de taxi de tres ruedas parecido a una moto) y el amable conductor nos explica sus batallas. Victor se compra una khurta, una camisa tipica de alli que le dara mucho menos calor que la ropa que carga en su mochila.

Tras comer en un muy buen lugar por 2 euros paseamos por los callejones mas estrechos que encontramos separandonos del turistan. En ese trajin nos encontramos a unas ninyas jugando a la charranca con las que Eli no puede resisitir jugar. Ademas, entablamos conversacion con dos personas que nos animan a estudiar.

Recogemos nuestras pertenencias del hotel y pagamos la asombrosa cantidad de 11 euros (entre los dos) por dos noches con internet, agua, cocacola... dirigiendonos a la estacion notamos que el ambiente se enrarece, comienza a soplar un viento inexistente antes y la gente camina mas rapido que antes, cae una gota, otra, y 10 minutos mas tarde esta lloviendo como jamas hemos visto. Nos ha llegado el monzon. Es una lluvia desconocida para nosotros, no somos capaces de calcular cuantos mm/h estan cayendo pero es ensordecedor el ruido del agua cayendo. No hay palabras para describirlo, hay que vivirlo. Empapados nos subimos al tren donde nos hacemos amigos de un argelino y tres francesas. El tren es genial, no destaca por su limpieza ni por su amplitud, tampoco por su increible velocidad media de 53 km/h que alcanza pero nos lo pasamos muy bien y dormimos muy a gusto. Entablamos conversacion con unos autoctonos muy amables que se interesan por nuestras vidas en Espanya. Lo que mas les interesa saber es como es la fiesta de la tomatina, cosa que nos sorprende muchisimo y se llevan una gran decepcion cuando les decimos que no hemos estado. Por lo visto hay una pelicula de Bollywood en la que sale la tomatina y se creen que en toda Espanya y cada semana nos dedicamos a tirarnos tomates maduros. Ademas de por eso solo nos conocen por el futbol. Voy a comenzar a decir que si que juego a futbol porque con ello me ganare el interes de la gente.

Y asi tras 14 horas de tren llegamos a la ciudad santa de Varanasi, aquella en la que se incinera a los muertos y se echan al Ganges. Tan solo llevamos una manyana pero se ve mucho mas tranquila que Delhi y hace mucho menos calor. Nos alojamos en una 'guesthouse' preciosa con vistas al Ganges y muy acogedora. Paseando por el casco antiguo nos damos cuenta de que hay muchisimas mas vacas que en Delhi. Nos damos un buen susto cuando, por alguna razon totalmente desconocida, tres vacas deciden honrar por todo lo alto a San Fermin comenzando a correr por un callejon donde si abro los brazos toco a ambos lados. Todo se queda en un simple susto.

Y ahora estamos en la recepcion viendo como diluvia, el monzon es asi.