Mucho que explicar en poco espacio

Continuamos donde dejamos la ultima entrada.

En el templo dorado, nos pidieron el pasaporte. Los hindus son extremadamente cotillas y siempre nos preguntan por la calle como nos llamamos, de donde somos, a que nos dedicamos, cuantos hermanos tenemos... y el momento de apuntar el pasaporte no fue una excepcion. Nos preguntaron que relacion tenemos y fingimos estar casados para evitar incomprension o algun tipo de problema. Cuando Victor dijo "She's my wife" acto seguido, los policias miraron a Eli de arriba a abajo, asintieron y le felicitaron por su eleccion.
El templo era un hervidero de gente que se empujaba por dejarle flores, agua y leche a su Dios.

Despues de comer, hicimos el tipico paseo en barco por el Ganges para ver desde alli Varanasi. El cielo estaba nublado, pero pensamos que no habia riesgo de que lloviera, asi que nos subimos y echamos al rio una flor con una vela para honrar a su Dios. Como no quisimos pagar el dineral que nos pedian por las flores, la diosa Shiva nos castigo y cayo el cielo sobre nuestras cabezas en el unico lugar en que no habia resguardo, el barco. Nos calamos hasta los huesos, como si nos hubieramos tirado a una piscina, pero fue realmente divertido. Ademas, entablamos conversacion con Babu, el barquero, que nos explico que tanto el como toda su familia estaban rapados porque hacia diez dias que se le habia muerto una hija. Lo mas impactante del trayecto fue que vimos un cadaver humano flotando en el rio. Hay una serie de personas a las que no incineran y ese era uno de ellas. Para mas INRI a 15 metros del cadaver habia unos ninos nadando haciendo una carrera.

Empieza nuestro quinto dia de aventura con un poderoso desayuno indio. Tras ello decidimos pasear por toda la linde del rio, admirando los ghats, hasta el puente de ferrocarril. Hoy es un dia muy especial, es la gran fiesta de Shiva. Toda la gente de esa zona es muy amable, fuera de la zona turistica no hay tanto agobio y la gente te pregunta simplemente porque les hace gracia tener contacto con gente de fuera. Hay algo raro que no acabamos de entender. Cada dia al menos en una ocasion se acerca alguien y nos pide si se puede hacer una foto con nosotros. Nos sorprende porque tampoco estamos en un pueblo abandonado de la mano de Dios, esa gente esta harta de ver turistas o peliculas y anuncios pero es un continuo. Volviendo del paseo pasamos junto a un pozo donde se supone que Shiva se sumergio para no se el que, la cuestion es que un ninyo estaba jugando alli y nos pidio fotos, justo despues el monzon se cierne sobre nosotros y unos amables hindus nos dan refugio en su parapeto.
Por ultimo, comemos con unos argentinos que alli conocemos y nos dirigimos en ciclorikshaw (un triciclo) a la estacion de tren para ir hacia Agra. El tren bien... hasta las 12 de la noche en que entra una marabunta de gente. Por fin hemos ido en un autentico tren indio, donde caben 2 caben 3, como en IKEA.

Llegamos a Agra al dia siguiente, a las 6 de la manyana. Es perfecto porque vamos a ver el Taj Mahal a primera hora y casi no hay nadie. Que decir del Taj Mahal? Es majestuoso, una autentica obra de arte, muchisimo mejor que en las fotos. Cuantas veces habiamos visto la imagen del Taj, y por fin estabamos ante el. Nos hicimos las cuatro fotos de rigor y como Agra tampoco tiene mucho que ver, a las 5 de la tarde estabamos en un bar esperando que se hiciera la hora de coger el tren. Cuando llego la hora, cogimos el petate y nos fuimos a la estacion mas contentos que una perdiz con hora y media de antelacion. Al llegar nos pusimos a leer (y a controlar que no hubiera cucarachas) mientras ratas y langostas invadian la estacion. Diosito hizo que se fuera la luz y que nos levantaramos de donde estabamos para que un conductor de rickshaw nos dijera que nos habiamos equivocado de estacion y que el amablemente nos llevaba a la otra. Hizo su agosto, dado nuestro error, el tiempo que faltaba para que saliera el tren y que era de noche, el hombre nos saco un rinyon (dos euros, que aqui es mucho), pero nos salvo la vida. Llegamos bien al tren correcto y por fin probamos un tren en clase con aire acondicionado. Lo bueno no es el aire (hacia un poquillo de frio), sino el silencio y la calma.

Khajuraho no tiene nada que ver con las otras ciudades que hemos visitado. Tan solo tiene 20.000 habitantes frente al 1,3 millones de Agra y los mas de 10 de Varanasi y Delhi. Aqui hay calma, no se escucha el continuo resonar de los claxon y no hay tanto agobio. Visitamos los mas importante, los templos, practicamnete solos y con u silencio embriagador. La gente en general muy amable, todos se interesan por nuestra procedencia y nos invitan a sus casas. Victor se la ha jugado bebiendo un te con limones que el mismo coge en casa de un buen hombre que nos invita. De momento no le pasa factura.

Y aqui estamos, actualizando el blog para nuestros avidos lectores. Un abrazo a todos los que leeis nuestras aventuras.

Os dejamos unas cuantas fotos.