viernes, 27 de julio de 2012

De lo colonial a lo espiritual


Nos levantamo y realizamos la ultima visita que nos queda de Bombay. Visitamos el museo del Principe de Gales que tras la independencia le cambiaron el nombre y se convirtio en algo inpronunciable.
El museo esta bastante bien y lo mejor es que por ser estudiantes resulta ser una ganga.

Recogemos nuestro equipaje y buscamos un lugar donde poder comer rapido. Tras la experiencia de que en todos los lugares tardan entre 20 minutos y media hora en servirte (aunque sea una tortilla), como no vamos bien de tiempo optamos por el clasico Mc Donalds. La hamburguesa que mas se adecua a nuestra condicion es claramente el Mc Maharaja Chicken, una hamburguesa digna de reyes y ademas con carne despues de veintipico dias puramente vegetarianos. Tristemente, la hamburguesa sabia a todo menos carne, era un remix de especias con sabor a fuego del infierno. Digno de un rey con paladar de corcho.

No os habiamos contado que tras la convivencia con los holandeses cambiamos totalmente de planes. Nos hizo ver que el sur era muy diferente del norte y que debiamos adentrarnos mas y pasar mas tiempo asi que, en la foto que Juan no sabe que esta rellenando Victor, lo que hace es pedir unos billetes de tren a Udupi, un pueblecillo con un gran templo. Tampoco os lo habiamos dicho, aqui lo poco que les queda de ingleses son los ferrocarriles y la burocracia. Les encanta llenar papeles estupidos con informacion por duplicado o triplicado. Buscamos la estacion desde donde sale el tren a Udupi que no es la central y un cumulo de casualidades y Buena gente nos permite encontrarlo. Esperabamos llegar a una estacion grande pero el nombre que nos han dicho resulta ser un apeadero y ademas el nombre no es exactamente el mismo pero aun asi nos bajamos. Alli miramos desconcertados y al instante un monton de gente se dispone a ayudarnos. Incluso nos dicen por donde debemos salir si no hemos comprador billete. Por fin, nos subimos al tren y vemos un paisaje precioso hasta que se pone el sol. La via ferrea transcurre entre el mar y las montanyas por un lugar muy muy verde donde continuamente surge agua. Precioso. Ademas en los trenes indios las puertas estan abiertas asi que las vistas son geniales. Cenamos la comida del tren, que resulta ser Buena, barata y encima te la traen al asiento.

Nos despertamos en un pueblecillo, Udupi, famoso por un gran templo, el de los Hare Khrisna. Llegamos por la manyana, cogemos un bus urbano y llegamos al templo con la gran suerte de que justo estan haciendo un ritual. Los hombres han de entrar  al templo a pecho descubierto, asi que Victor se quita su kurta y los hombres del pueblo tienen la oportunidad de ver el pecho mas blanco que han visto nunca. La escena que se vive en el interior del templo es dificil de describir, pero lo intentaremos. Al entrar, se percibe un fuerte olor a incienso y se escucha a un hombre leer unas frases de un libro que nos suenan todas iguales. Apenas hay luz, pero la poca que hay nos permite ver que dentro hay una vaca engalanada con flores a la que le tocan el culo y luego se santiguan. Nos sentamos a observar y nos damos cuenta de que cada uno hace lo que quiere; unos se arrodillan y tocan con la cabeza en el suelo, otros tocan una campana gigante y ensordecedora, otros traen unos cocos para que se los bendigan, otros dan flores y leche como ofrenda, otros dan dinero a una imagen de Vishnu, otros dan vueltas alrededor del templo y  otros, simplemente, no hacen nada. No pudimos hacer fotos porque no estaba permitido, una pena.

Udupi no tiene mas que ver, asi que queremos ir  hacia Belur y Halebid, unos pueblos con templos preciosos. Tras una hora para averiguar que hemos de hacer para ir a cualquiera de ellos, entendemos que hemos de ir a Chikmagalur y alli hacer transbordo. El trayecto fue una aventura. Seis horas para hacer 200 km, pero no nos extranya. Se trata de una carretera de montanya en muy mal estado y encima esta lloviendo a cantaros. Solo decir que hicimos una parada para que subiera una especie de monje a bendecir el autobus y al conductor, que le da 100 rupias por ello, un euro y medio que aqui es mucho, por menos de eso, comemos. Pretendemos dormir en Belur, pero llegamos a Chikmagalur de noche y cansados, asi que nos planteamos buscar alojamiento alli y al dia siguiente coger el bus a Belur. No vemos que haya alojamiento, el pueblo es pequenyo, pero Diosito una vez mas reparte ayuda a los mas pobres y nos envia un autobus que va a Belur en 30 min, donde sabemos que casi seguramente tendremos alojamiento. Diosito alinea los astros y hace que, ademas, al llegar a Belur haya un hotel al lado de la estacion de bus, barato, regentado por gente muy amable, donde nos dan de cenar y donde, lo mas increible, hay papel de water y sabanas limpias. Es el mejor hotel donde hemos estado.

Hoy nos hemos levantado y hemos ido al templo de Belur. Entramos a las nueve, que es la hora del rito, que resulta ser completamente diferente al del dia anterior. Tocan trompetas y tambores, para un hombre con un fuego sobre el que pasan la mano, ofrecen agua sagrada, nos cubren con un gorro de metal y la gente hace ofrendas. Despues abren un telon y se ve el sanctasanctorum, la gente toca la estatua y se santigua. Al salir llueve, mal asunto, creemos que va a ser asi constantemente mientras estemos en el sur. Es una lluvia suave pero constante, asi que vamos a por el equipaje y cogemos el bus a Halebib que esta a 20 minutos. Alli visitamos otro templo, este con otro ritual diferente, aqui cada cual hace lo que quiere. En este, hay una piedra gigantesca en la que la gente echa leche, yogurt, sal y luego pasa la mano por el fuego, de nuevo.
Nuestra siguiente parada es Mysore, donde estamos ahora, pero para ello desde Halebib hemos de ir a Hassan y alli coger el bus, un lio. Llegamos a Hassan, la estacion es un caos, como casi todo, donde no hay nada en ingles y donde esta todo roto y sucio, pero nos sorprendemos porque eso ya no nos llama la atencion. Como el bus sale en dos horas, vamos a comer a un restaurante cutre donde los haya, donde solo hay tres platos a elegir, no hay cubiertos, todos nos miran y confunden a Eli por una India, hablandole en hindi. Lo mejor es que comemos los dos por un euro. Llegamos a la estacion y, horror, no es esta la estacion desde donde sale el bus. Logramos entender, tiene merito porque aqui no hablan ingles y el poco que hablan es ininteligible, que hemos de coger un autobus urbano a la nueva estacion de bus y alli coger nuestro bus.

Llegamos a Mysore sanos y salvos. Paseamos un ratito y cenamos en un sitio donde se come con las manos y  el plato es una hoja de banano, lo vereis en las fotos.

No hemos podido colgar las fotos, cuando casi estaban cargadas se ha colgado el ordenador. Manyana lo volveremos a intentar.

Un beso a todos, gracias por seguirnos.

2 comentarios:

  1. Hola campeones,
    Que tal vuestro juego particular de la oca: de bus a bus y tiro porque me toca? Ya estamos esperando leer el comenterio de vuestro siguiente destino.
    Deseamos que aprendais todo lo que podais y os empapeis de la cultura y civilizacion de la India. Estamos deseando veros. Un beso muy fuerte,
    Vicky y Felix

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  2. Me estoy riendo mucho con vuestras entradas...Mc Maharaja Chicken xDDDD lo parte! :D

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