Sensaciones antes de emprender el viaje

Tic, tac, tic, tac... Va sonando el reloj y cada vez queda menos para iniciar nuestra particular aventura. No será la más grande jamás realizada, ni tampoco la más larga. No creo incluso que sea la mejor aventura del mundo, pero será la nuestra.


No ha sido fácil decidirse puesto que el viaje encubre gran cantidad de inquietudes. Nunca hemos hecho nada parecido, ni en duración ni en distancia ni en riesgo. Somos conscientes de que son muchos días en un lugar alejado con una cultura totalmente diferente que nos dará una lección continua desde que pisemos tierra hindú. Diferentes valores y concepto de sociedad que harán sentirnos extraños y aislados hasta que nos habituemos a ello. Dificultades intrínsecas del viaje -los transportes, la comida, el alojamiento y claro está, nuestra propia convivencia- harán de 37 días un recuerdo inolvidable. Este recuerdo grabado a fuego en la memoria contendrá risas, miradas, imágenes, paisajes, sensaciones, olores... Pero seguro que también recordaremos la dureza, los momentos difíciles, las desavenencias y las situaciones tensas, pero, ¿acaso no es eso una aventura?




Y así, sin darnos cuenta ya hemos tachado una cosa más de la interminable lista de tareas previas al viaje: iniciar la aventura.